Mariposa Fugas...
Y las mariposas fugaces volaron por mi cabeza y me hicieron por un momento sentirme niña y jugar en el pasto, brincar entre las flores para tratar de alcanzarlas, pero la realidad fue más fuerte y me hizo dejar la fantasía y caer de un solo golpe a la idea que te habías ido amiga.
Cuando llegue a tu casa me dijeron de tu partida rápida, no lo podía creer y cuando más dura era la idea todo lo que sigo confirmo tu partida.
Como en una comedia sátira la puesta en escena dio inicio, el personaje principal se encontraba en el centro del cuadro, entre cuatro velas y un monto de flores. Tu cuerpo inmóvil estaba en el ataúd, gris y como susurros en mi oído fui conociendo a los participantes.
Primero hizo su aparición la secretaria general de ese club que presidías, quien entre llantos y gritos reprochaba tu partida, en ese instante mi mente se lleno de aquel recuerdo cuando entre platicas me la presentantes.
-Carmen, fíjate que tengo una amiga en la escuela de mi hija, ella me dice chulo pedorro en son de broma y yo le contesto esta mi secretaria acompañada de la misma frase, nos divertimos mucho pues nos la pasamos a carcajada suelta dada que nos vemos, es muy buena conmigo y como yo no se leer ni escribir siempre me ayuda cuando tengo que hacer algún tramite para mi hija-
Pero el siguiente personaje me regresa a la obra, ese hombre que perdió una pierna que decía quererte mucho pese a tus años y kilos demás, que tú te reprochabas estaba allí presente y era tal como me lo describiste, moreno alto serio. Se sentó a tu lado y allí se quedo hasta que llegaste a tu última morada.
Todos eran como me los habías platicado iguales y parecía que los conocía de siempre y me costo trabajo aceptarlo pero conforme pasaba te recordaba más y más. No quise asomar a verte porque aun tenia la esperanza de que aparecieras por allí entre la escalera de tu casa con la sonrisa de oreja a oreja y dijeras una de tus tantas ocurrencia con las que hacías que quitáramos nuestras caras largas.
Hace un mes acordamos ir a tu pueblo a ver la tumba de tu madre, pero no me imagine hacer el viaje para dejarte en tu ultima morada, fue difícil, ver a tus hijos solos y a tu hermana en un mar de llanto.
Te voy a extrañar mucho Martha, tus bromas, tus frases, las largas platicas de los domingos en la tarde, tu compañía, todo, pero sabes estoy contenta porque estas ya con tu madre como lo querías.
Gracias por tu amistad, mariposa fugas que apareciste en mi vida y dejaste parte de su esencia.
Cuando llegue a tu casa me dijeron de tu partida rápida, no lo podía creer y cuando más dura era la idea todo lo que sigo confirmo tu partida.
Como en una comedia sátira la puesta en escena dio inicio, el personaje principal se encontraba en el centro del cuadro, entre cuatro velas y un monto de flores. Tu cuerpo inmóvil estaba en el ataúd, gris y como susurros en mi oído fui conociendo a los participantes.
Primero hizo su aparición la secretaria general de ese club que presidías, quien entre llantos y gritos reprochaba tu partida, en ese instante mi mente se lleno de aquel recuerdo cuando entre platicas me la presentantes.
-Carmen, fíjate que tengo una amiga en la escuela de mi hija, ella me dice chulo pedorro en son de broma y yo le contesto esta mi secretaria acompañada de la misma frase, nos divertimos mucho pues nos la pasamos a carcajada suelta dada que nos vemos, es muy buena conmigo y como yo no se leer ni escribir siempre me ayuda cuando tengo que hacer algún tramite para mi hija-
Pero el siguiente personaje me regresa a la obra, ese hombre que perdió una pierna que decía quererte mucho pese a tus años y kilos demás, que tú te reprochabas estaba allí presente y era tal como me lo describiste, moreno alto serio. Se sentó a tu lado y allí se quedo hasta que llegaste a tu última morada.
Todos eran como me los habías platicado iguales y parecía que los conocía de siempre y me costo trabajo aceptarlo pero conforme pasaba te recordaba más y más. No quise asomar a verte porque aun tenia la esperanza de que aparecieras por allí entre la escalera de tu casa con la sonrisa de oreja a oreja y dijeras una de tus tantas ocurrencia con las que hacías que quitáramos nuestras caras largas.
Hace un mes acordamos ir a tu pueblo a ver la tumba de tu madre, pero no me imagine hacer el viaje para dejarte en tu ultima morada, fue difícil, ver a tus hijos solos y a tu hermana en un mar de llanto.
Te voy a extrañar mucho Martha, tus bromas, tus frases, las largas platicas de los domingos en la tarde, tu compañía, todo, pero sabes estoy contenta porque estas ya con tu madre como lo querías.
Gracias por tu amistad, mariposa fugas que apareciste en mi vida y dejaste parte de su esencia.
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