Mi miedo.
Eran las 3:45 de la mañana cuando desperté de manera repentina con un miedo terrible a la muerte.
No era miedo por morir de manera literal, sino era una idea como apagar la luz y dejar de pensar en un mañana, en no volver a tener los sentidos que poseo en vida por ejemplo:
▲ El no volver abrazar a mi hija y poder decirle lo mucho que la quiero.
▲ No hablar y decir lo que pienso, opino, siento y creo.
En el sentido exacto no volver a articular palabra alguna.
▲ No ver a las personas que quiero.
▲ No escuchar sonido como los que escucho en vida.
▲ Y no volver a probar alimento alguno y sentir ese placer que te dan los diversos sabores de los alimentos.
Acto seguido sentí el miedo a no ser ya nada, más que un montón de despojos humanos en una caja o un montón de cenizas en un recipiente.
Pero creo sobre todo me aterro la idea de lo desconocido, de enfrentarme sola a algo sin garantizas. Cuando vas ha sufrir un cambio significativo siempre te apoyas en alguien que te de un dato predio a eso acontecimientos, que te de un poco de seguridad, pero con la muerte no hay nadie que te pueda decir que pasa y solo encuentras pequeños supuestos o creencias sobre lo que significa la muerte.
Siempre he tenido en la cabeza la idea de que lo único que te llevas de esta vida es lo que tu mente almacena, así que todo libro que me gusta lo leo, cuando un momento me encanta trato de hacer una foto mental para mí y trato de estar bien emocionalmente, pues considero muy importante ofrecer lo mejor de mi para llevarme lo mejor de los demás, pero cuando regreso a la idea de que lo único seguro es la muerte el final sin garantías me derrumbo, me desespero.
No me interesaría morir si tengo la garantía que de alguna forma, volveré a ver, sentir o tocar a las personas significativas en mi vida, pero creo que en este caso me tengo que conformar
No era miedo por morir de manera literal, sino era una idea como apagar la luz y dejar de pensar en un mañana, en no volver a tener los sentidos que poseo en vida por ejemplo:
▲ El no volver abrazar a mi hija y poder decirle lo mucho que la quiero.
▲ No hablar y decir lo que pienso, opino, siento y creo.
En el sentido exacto no volver a articular palabra alguna.
▲ No ver a las personas que quiero.
▲ No escuchar sonido como los que escucho en vida.
▲ Y no volver a probar alimento alguno y sentir ese placer que te dan los diversos sabores de los alimentos.
Acto seguido sentí el miedo a no ser ya nada, más que un montón de despojos humanos en una caja o un montón de cenizas en un recipiente.
Pero creo sobre todo me aterro la idea de lo desconocido, de enfrentarme sola a algo sin garantizas. Cuando vas ha sufrir un cambio significativo siempre te apoyas en alguien que te de un dato predio a eso acontecimientos, que te de un poco de seguridad, pero con la muerte no hay nadie que te pueda decir que pasa y solo encuentras pequeños supuestos o creencias sobre lo que significa la muerte.
Siempre he tenido en la cabeza la idea de que lo único que te llevas de esta vida es lo que tu mente almacena, así que todo libro que me gusta lo leo, cuando un momento me encanta trato de hacer una foto mental para mí y trato de estar bien emocionalmente, pues considero muy importante ofrecer lo mejor de mi para llevarme lo mejor de los demás, pero cuando regreso a la idea de que lo único seguro es la muerte el final sin garantías me derrumbo, me desespero.
No me interesaría morir si tengo la garantía que de alguna forma, volveré a ver, sentir o tocar a las personas significativas en mi vida, pero creo que en este caso me tengo que conformar
Comentarios
Y sobre todo, amar con intensidad. Porque el dinero, los aplausos que puedas acumular se quedarán aquí, pero el amor es algo que te llenará aún por siempre cuando permanezcas en la memoria de los tuyos. Esa es la verdadera inmortalidad. Un beso