La idea bizarra.
Después de no hacerlo, volví a sentarme frente a la computadora y comencé a desintoxicar mi mente, mi consciencia, mi pensamiento.
El ser humano acostumbrado a vivir en sociedad tiende a cuestionar todo por naturaleza, pero en esta ocasión el cuestionamiento no corresponde a algo real sino a algo idealizado.
Se idealiza a el amor, el placer, el futuro, la vida, pero que es la vida sino un suceso instantáneo, sabemos cuando empieza, pero no cuando termina. Podemos creer que durar una eternidad e idealizar la idea de vida y al final el fantasma de la muerte nos hostiga.
Despierto por la mañana y comienzo la rutina, pasan las primeras horas de la mañana encerrada en un ciclo que inicia a la cinco de la mañana, termina casi a la misma hora todos los días y es justo en ese momento, en ese final, cuando caigo en la cuenta de que la vida será un instante, del cual la mayor parte de mis segundos se pasan en cosas que no valen el tiempo invertido.
Si este evento llamado vida tiene como consecuencia aprender cosas no comprendidas en vidas pasadas, ¿cual es el objeto de dejarnos consumir por la rutina? La vida social nos ha sumergido en una burbuja de enredos, que no permiten el más mínimo desarrollo espiritual de ser humano, al contrario nos convierte en tierra estéril y nos perdemos todos los días.
Cada día que pasa la esencia de ser un ser vivo, de aprender en el ámbito espiritual, de crecer y ser mejor ser a pasado a ser cosa del olvido, actualmente el mundo crea, genera e implementa, avances tecnológicos, nuevas herramientas que permitan al ser humano sobrevivir en sociedad, herramientas para ser adaptable a esta mundo y sobrevivir en él, que te permiten crecer, desarrollarte pero todo al plano de vida, sin pensar en tu desarrollo espiritual.
¿Qué te llevas a tu muerte?
Si existe un más allá creo no te llevas nada, pues los sentimientos se pierden y congelan en las redes sociales, los abrazos virtuales no tienen el mismo efecto que los reales, el beso pierde la tibieza y los contactos entre seres se quedan en simples click, sin olor, sin sabor, sin la chispa que caracteriza la vida.
La idea bizarra idealizada por siglos queda hoy en un ideal que se pierde cada día.
El ser humano acostumbrado a vivir en sociedad tiende a cuestionar todo por naturaleza, pero en esta ocasión el cuestionamiento no corresponde a algo real sino a algo idealizado.
Se idealiza a el amor, el placer, el futuro, la vida, pero que es la vida sino un suceso instantáneo, sabemos cuando empieza, pero no cuando termina. Podemos creer que durar una eternidad e idealizar la idea de vida y al final el fantasma de la muerte nos hostiga.
Despierto por la mañana y comienzo la rutina, pasan las primeras horas de la mañana encerrada en un ciclo que inicia a la cinco de la mañana, termina casi a la misma hora todos los días y es justo en ese momento, en ese final, cuando caigo en la cuenta de que la vida será un instante, del cual la mayor parte de mis segundos se pasan en cosas que no valen el tiempo invertido.
Si este evento llamado vida tiene como consecuencia aprender cosas no comprendidas en vidas pasadas, ¿cual es el objeto de dejarnos consumir por la rutina? La vida social nos ha sumergido en una burbuja de enredos, que no permiten el más mínimo desarrollo espiritual de ser humano, al contrario nos convierte en tierra estéril y nos perdemos todos los días.
Cada día que pasa la esencia de ser un ser vivo, de aprender en el ámbito espiritual, de crecer y ser mejor ser a pasado a ser cosa del olvido, actualmente el mundo crea, genera e implementa, avances tecnológicos, nuevas herramientas que permitan al ser humano sobrevivir en sociedad, herramientas para ser adaptable a esta mundo y sobrevivir en él, que te permiten crecer, desarrollarte pero todo al plano de vida, sin pensar en tu desarrollo espiritual.
¿Qué te llevas a tu muerte?
Si existe un más allá creo no te llevas nada, pues los sentimientos se pierden y congelan en las redes sociales, los abrazos virtuales no tienen el mismo efecto que los reales, el beso pierde la tibieza y los contactos entre seres se quedan en simples click, sin olor, sin sabor, sin la chispa que caracteriza la vida.
La idea bizarra idealizada por siglos queda hoy en un ideal que se pierde cada día.
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