Idealizado!

En el sueño, él apareció y pregunto mirándome a los ojos -¿Soy lo que esperabas?-, a lo que segura respondí; Sí y fue en entonces cuando tomo mi mano y desapareció. Y tras su ausencia y en un momento de soledad, decidí caminar lentamente entre los árboles bajo el sonido de las aves, las hojas caían poco a poco y decoraban el camino de un tono melancólico.

Mi cabeza era como una tormenta de dolor, amor y placer, al final era yo, solo yo y mi soledad que a cada paso parecía ocupar todo el espació. La angustia, el dolor y mis miedos fueron más fuertes que no pude evitarlo cerrar los ojos y comprendí todo, justo ahí entre lo real y lo pleno estaba él esperándome como siempre, como nunca para siempre.

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