Realidad.
A paso lento cruzo
la puerta sigiloso avanzo a paso firme pero en silencio, su respiración agitada
lo acompañaba, sus ojos buscaban en la oscuridad una señal algo que le indicara
el camino, mas de repente un mano tibia recorrió su espalda, ante el asombro no
pudo dar un paso más.
Sintió como esa
mano recorría su espalda bajaba hasta su cadera, daba vuelta sobre su abdomen y
se deslizaba hacia abajo, su respiración agitada se mezclaba entre excitación y placer
extremo, no sabía si dar vuelta solo seguir sintiendo, más de repente unas
labios suaves comenzaron a recorrer su cuello, la humedad erizaba su piel y el
placer era más a cada momento a punto de dar la vuelta sonó la alarma, era hora
de ir a trabajar y tuvo que bajar al perro de la cama, pues aun con la alarma
seguía lamiendo su cuellos..! Bonito día.
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